En esta ocasión, me vais a permitir que cambie un poco el tema usual de los relatos.
Sin ningún tipo de pretensión científica o literaria, presento a continuación unos comentarios, apreciaciones y vivencias personales percibidas en estos seis años de convivencia con colonias de gatos callejeros.
Todas las noches al ir a verles, para mi es como entrar en otro mundo. Es como contactar con un pueblo de seres diferentes con sus normas de convivencia, su cultura y formas de conducta social con una escala de valores propia.
Se suele decir que el hombre es superior pues los demás animales “no tienen consciencia del bien y del mal”. Es cierto. No tienen la conciencia humana del bien y del mal. Tienen sus propias reglas y valores que han evolucionado con ellos y para ellos.
Poco a poco con el tiempo he aprendido algunas de sus leyes de convivencia, sus rangos sociales, su división en clanes y a interpretar una pequeña parte de su complejo código de comunicación. Hay que tener en cuenta que su sentido principal es el olfato mientras que el nuestro es la vista lo que limita el abanico de los signos y significados que podemos compartir
Aquí van algunos ejemplos de reglas y costumbres sociales:
- No esta bien visto que los machos coman antes que las hembras.
- Otra tarea de los machos es garantizar que las hembras de su clan coman antes que los de fuera.
- La matriarca sale de caza y otras hembras se quedan al cuidado de los pequeños en la guardería. A la vuelta, la comida es primero para los bebes y después para las canguros.
- Esta mal mirar fijamente a los ojos del otro pues es señal de agresividad. El saludo educado es cerrar los dos ojos a la vez por un par de ocasiones y apartar la mirada.
- Un saludo mas afectuoso y de mas alto grado de confianza es girarse y dar la espalda al otro.
- Pero el mayor honor posible que puedas recibir de un gato es que te lama. Solo los parientes mas íntimos como madres, hijos y hermanos se lamen.
La mayoría de los etólogos está de acuerdo en que los gatos consideran a los humanos que les cuidan como grandes mamas-gato. Somos fuente de alimento, caricias y cobijo de la misma forma que lo fueron sus madres. Por eso reviven y reutilizan ya como adultos las mismas señales y códigos que usaban de pequeños pero ahora con nosotros.
Estos códigos son:
- Acercarse con la cola en alto. Los bebes hacen esto para que la madre les reconozca por el olor y les lama para incentivar la micción.
- Acercarse con un maullido agudo. Los gatos adultos no maúllan de esta forma entre ellos.
- Restregarse la cabeza y luego el cuerpo con el otro. Este comportamiento es general y se usa para crear el olor de grupo que identifica a los miembros del clan. Es también una forma de !tomar posesión" pues lo que tenga su olor es suyo.
Es un honor para mí que se me permita interactuar con cada uno de estos individuos únicos e irrepetibles. Vivir parte de su día a día de situaciones dolorosas, alegres, dramáticas o divertidas. Unas vidas ajetreadas y complejas casi completamente invisibles a los ojos de la civilización humana que les considera en general como un estorbo sin valor y una basura que habrá que eliminar pues “ensucian” la ciudad.
Momentos como el primer dia en que el viejo jefe se dejo acariciar despues de muchos años en la calle sin ningun contacto humano. O como recientemente la joven Botitas de ocho meses que desde que ha descubierto las delicias del cariño, casi se olvida de la comida para pedir mas y mas.
2 comentarios:
Hola Manuel;
Me parece precioso lo nque has escrito. Y muy útil, porque aunque yo he convivido durante muchos años con gatos había cosas que no sabía, comportamientos que veía pero que para mí pasaban desapercibidos, y que ahora, gracias a tu experiencia y tu capacidad de observación, me resultan conocidos y obvios. Muchas gracias por eso.
Un beso,
Victoria
Gracias a ti Viky.
Hacía tiempo que quería escribir algo así. Me emociona mucho que me acepten. Principalmente cuando las mamas me presentan sus peques.
Un beso grande.
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