miércoles, 14 de noviembre de 2007

GATOS CALLEJEROS : LA PERDIDA DEL ESPACIO VITAL

Durante muchos siglos, los gatos callejeros han gozado del respeto mayoritario en los pueblos y pequeñas ciudades. El contacto directo con la naturaleza ha enseñado que muchos seres vivos pueden ser de gran ayuda en las actividades humanas en el medio rural. En las casas de pueblo por ejemplo, no se suelen eliminar las arañas pues como se alimentan de otros insectos, son útiles para evitar la carcoma en las vigas de madera. También los gatos tenían su espacio pues controlaban la población de roedores en los graneros. De hecho hay pueblos que los consideran como patrimonio propio y gozan allí de toda la tranquilidad, libertad y el respeto que se merecen.

Es cierto que solo han sobrevivido porque se les reconoce como “de utilidad “y por eso no se han exterminado como al lobo y otras “alimañas”.
Bajo un punto de vista estrictamente ético, todos los animales tienen un valor en si mismos, y no solamente por su utilidad para el hombre. Pero, en el mundo real, sabemos que lamentablemente no es así. Son los intereses económicos que en la gran mayoría de los casos, determinan su supervivencia o extinción.

En nuestras grandes ciudades del siglo XXI parece que los gatos están perdiendo la batalla por su espacio vital. Es lamentable que, con el abandono de los pueblos y la migración masiva a los centros urbanos, muchas personas, incluso las de origen rural, se olvidan rápidamente del pasado y vemos algunos despotricando contra la “plaga de los gatos callejeros”. En las grandes urbes, la tradicional “tarea” felina de controlar roedores se ha convenientemente atribuido a las empresas desratizadoras y por lo tanto, hay que eliminar a los gatos callejeros pues ya “no valen para nada”. Lo mismo ocurre con las palomas y gorriones, otras “plagas” que “ensucian y transmiten enfermedades”. Las soluciones propuestas para estos “problemas” con los animales urbanos suelen ser las del exterminio sin mas, como se hacia en los pueblos con las “alimañas”.

Hay que recordar que por detrás de prácticamente todos los problemas de superpoblacion esta la mano del hombre, por su incapacidad de entender el equilibrio natural entre predadores y presas, o por la visión estrecha del beneficio rápido y a toda costa.

Los gatos callejeros pueden y deben volver a tener su espacio en las ciudades. En primer lugar porque se lo merecen y para los que necesiten una justificación económica, pueden volver a ser “útiles” ejerciendo su milenaria función de controlar roedores y otras “plagas”.

Capturar y aniquilar los gatos callejeros es una actitud cruel, equivocada e ineficaz.
Hay otras soluciones no violentas. Siempre las hay.
Cada vez hay mas personas que se dedican al control y mantenimiento de las colonias urbanas reconquistando poco a poco algo del espacio vital que compartimos con los gatos desde milenios.

FOTO : Colonia de ETXALAR - NAVARRA -
Se puede observar el agujero en la puerta para permitir el acceso a los gatos.

Dignidad Felina TV